Siempre

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lunes, 20 de diciembre de 2010

¡Uf! - Expresión que denota alivio.
¡UF!, digo yo, y me cae una como laxitud postestrés. No sabía yo, que soy tan sabia, todo lo que se tiene que tomar en cuenta para una fiesta. Tras de unas semanas de muchísimo trabajo que tuve, fue el festejo de 80 añitos de mi mamá, en mi casa. Jura una que ya está todo y de repente asoman a su cerebro cosas como ¡los hielos! o ¡palillos! ¡Hay que guardar a los perros! ¡Me tengo que arreglar! ¡Ya llegaron los meseros! ¿Dónde conecto la cafetera? Y siendo sorpresa la cosa aumenta: que a nadie se le vaya a chispar o meta la patota. No lo vuelvo a hacer... o quién sabe, como quiera ya aprendí el camino y para otra ya tengo experiencia, me será más fácil si es que me aviento.
Salió muy linda la fiesta de mi mamá, sí fue sorpresa y todo le gustó: la gente, la comida, la bebida, la marimba. El clima nos acompañó amablemente y todo fue muy amoroso.
Y ahora sigue... ¡ta dá!: el Gran Final del Año.
La navidad, de la cual por obvias razones no me he ocupado nada. No he comprado ni un sólo regalo; no he conseguido lo que me toque para la cena. Con trabajos puse unas micro decoraciones y santas pascuas. Mañana iré a conseguir lo de cenar y espero que no se den regalos en casa de mi madre que yo ya no doy una y soy capaz de envolver latas de atún y de chícharos de mi alacena con papel periódico y ponerlos debajo del árbol. Bueno, a todo mundo le gusta el atún y las bolsas de espaguetti.
Una vez que haya cenado y abrazado a mis gentitas; una vez que haya repartido las latas de sardinas y los botes de mermelada (nuevos o abiertos), me iré, al fin, de vacaciones con mi lindo maridote que me aguanta y soporta aunque no me solape.

Y no me queda más que, desde este desorden de mes que llevo, desear a todos:
¡FELIZ NAVIDAD Y QUE INICIEN EL AÑO NUEVO CON EL PIE DERECHO!