Siempre

Siempre

domingo, 21 de febrero de 2010

Debo estar orate

Si es que yo debo estar loca.
Cuando no tengo trabajo me ando jalando los pelos y me pongo a hacer otras cosas que son parte del catálogo de mis monerías: pinta aquí, pinta allá; hornéate unos bollos o un pastel...hazte un capitulito, desentilicha la casa, pon algo de impermeabilizante, siembra algunas flores, enséñale palabrotas a los loros. Ya casi, porque en casi se quedó, aprendo a tejer a gancho. Y ahora que llevo dos semanas con trabajo constante veo aquel lienzo sin proyecto, aquel molde sin masa y la mesa que prometí pintar para mi casi octogenaria madrecita y me desespero: "a ver cuándo me doy tiempo de hacer todo esto". O sea, que si no tengo malo y si tengo pues también. No hay forma de darme gusto según piensa el marido. Debe ser mi hiperactividad en su froma adulta.
Pero yo sí me doy gustos y gustazos. Me fui a la fiesta de Hilda, mi confidente de secundaria, y me lo pasé en grande. Canté, reí y gocé. La música era un trío de cuatro (beleive it or not) que cantaba los consabidos boleros de los cuales sólo me sé algunos estribillos; no eran afectos a esa música mis papás, eran más bien de la cosa del swing y el boogie woogie. Pero uno de los integrantes, el único que no calificaba para el ancianato municipal, nos hizo el favor de tocar otra música más adecuada a la edad de la concurrencia. Yo pa pronto me aventé con alguna ranchera en la mesa (Paloma negra, Lore la Grande) y algún rock and roll al micrófono. Y me sentí bien, no porque cante bonito, aclaro, sino porque esa soy yo: Lore la animosa, la alegre, la parrandera y vacilona. La que no fruncía el ceño, la que cantaba y bailaba siempre, la que inventaba los planes, a la primera que invitaban.
Entonces, a la noche ya en mi cama en esos momentos que ya no son de vigilia pero que aún no son de sueño, me traumé. Mientras el clan de scouts se desvelaba en mi jardín yo me desvelaba y, como no hay manera de darme gusto, pues, me preguntaba "¿quién me ha robado el mes de abril?".
Esta no soy yo. ¡Sáquenmen de aquí! ¡Auxiliénmen! Y por la mañana acudí a cortarme ocho kilos de greñas (dejando viva mi trencita lateral, of course) en un afán regresivo, progresivo o simplemente de cambio, no lo sé; y por la tarde cogí una de las guitarras que duermen el sueño de los justos en esta casa, junto con mi café y mi 43 (licor, porque pistolas no hay de tal calibre), para descubrir que las uñas de señora no van con ella.
Así que mi estado de ánimo está como el clima: veleidoso. Miércoles y jueves lluvia y heladera; viernes y sábado solazo y calorsito. Por eso es hombre el clima, porque es veleidoso y por eso en algunos lugares dicen "el tiempo" para referirse a él, porque es relativo.
Y para colmo, mi pueblo secuestrado por medidas de seguridad porque a delegado se le ocurrió, en el marco de SUS celebraciones del bicentenario (harta estoy de la palabrita), invitar al Evo Morales y traer para el acto hartos camiones de borregos, cerrar calles y hacer un escándalo de discursos, arengas y chirimías todo el día.
Sabiduría de la relatividad: Si Einstein hubiera vivido aquí no le hubiera tomado tanto trabajo descubrir eso de que el tiempo es relativo.
Mantra de la semana: Debo ser yo, debo ser yo, debo ser yo..... aunque deba estar loca.

domingo, 7 de febrero de 2010

¡Qué feliz!

Pues sí, qué feliz hoy me siento yo, y no precisamente como dice la canción "después de hacer una buena acción" sino en un plan más egoísta: por recibir buenas acciones de la vidorria.
Tras de cuatro días de lluvia incesante, de esa que parece mojabobos pero que con tantas horas de caer acumuló y acumuló, el sol salió a todo lo que da. En esta casa de locos el único estropicio fue una humedadsita en un muro, pero en esta ciudad de más locos y en varias zonas del país de locos multiplicados hubo inundaciones. Para mi sembradío y para los parches del pasto fue bueno, creo yo, aunque reconozco que me quedé bastante encerrada esos días. Lo bueno: pinté e hice monerías; lo malo: no me oreé. Mi casa aún sigue helada, será por grande, será que la fachada de atrás pega al norte.... bien buscaba mi padre, del que saqué lo sabio, casas oriente-poniente.
Más feliz porque el sábado, tras de meses de planear y anhelar, me reuní con mi primo-hermano Humberto y su súper familia. ¡¡No lo veía hace treinta y cinco años!! Dadas las lejanías -viven en Hermosillo a megamil kilómetros de mi pueblo- nos quedamos de ver en una ciudad mucho más pacá. Todo fue alegría y se nus unió la Cecilia, prima adorada, desde tierras Michoacanas, con sus plebes. pa que vea el marido que los Salmones somos bellos y vamos más allá de sus ansias pesqueriles. Además, el día 5 cumplimos él y yo hartos años juntos, hasta gusto da. Claro que una los ama mucho a los cónyugesitos, pero ya en plan 24/7 es difícil, ¿eh?, que conste en la historia.
Trabajo URGENTE: Que me llama uno de mis mecenas para darme un trabajo que alguien le pedía de manera urgente, para ayer, instantánea e inmediata. Lo acepté a pesar de ser overnight (la falta de trabajo es la madre de algunas psicosis) y me ataqué de risa cuando vi el tema: ¡¡¡tratamiento farmacológico de la eyaculación precoz!!!! ¡Con razón le urgía! Yo, que soy tan mona, lo hice pues ipsofáctamente, no se fuera a suicidar el urgido y desesperado cliente.
Ocio: Que me pinto un cuadrito; que me hice unas fundas para mis almohadas; estoy haciendo tomates deshidratados y comida para ver esa cosa que es el Súper Bowl y que, viviendo una con tres monstruos de viril tontosterona tiene que ver y hasta gritar "¡fumble!". "¡completo!" y demás gritos apasionados y rugidores a coro.
Sabiduría de la quincena (para conservar la cordura): En tierra de tuertos, el miope es rey. Esto para ver si me acabo de adaptar a las gafas, que me echan cardillo con las luces de los autos en la noche. Y eso que compré antirreflejantes, mejor hubiera pedido lentes antiderrapantes, vaya a darme un chingolpazo.
Que se lo pique la inflación y la cuesta de enero que ya pasó (falta la de febrero que, dicen, es peor)