Siempre

Siempre

sábado, 5 de septiembre de 2009

Pozi y una caca

Pozi. Bien dijo una sabia (o sea yo), que quince días cuentan mucho, o poco, según una los pase o los malpase. Estos fueron activos: tuve dos cobranzas GAD; tres trabajos nuevos en los que estoy ahora trabajando; algunas saliditas chungas, muchos planes y hoy lo que pasará a la historia como "La Gran Excursión de Miguel".
Todo comenzó a las cuatro treinta a.m. (sí, han leído bien), en que sonó el despertador, la cafetera se echó a andar y nos duchamos. A las cinco estábamos reuniéndonos para salir, pero hubo que esperar a los típicos nacos que llegan tarde. Hasta me sentí en el grupo Scout de Diego. Para pasadas las seis salimos e hicimos horas a un sitio que en el número más reciente de la revista "México Desconocido", de donde Miguel sacó la idea, parecía d-i-v-i-n-o. Hicimos las horas porque una señora que tomó la guía hasta adelante se fue desde Chapa de Mota hasta Villa del carbón, lo que es un rodeo enorme. Llegamos. Pos es una presa inmunda, con poca agua, donde las orillas donde dizque se pesca están manejadas por los ejidatarios y hay letreros "prohibido introducir alimentos y bebidas". Siempre que les ceden esos sitios a los ejidos los estropean, como pasó con Entre Ríos. Los exigen y exigen a punta de amenazas y en cuanto se los dan, matan a la gallina de los huevos de oro porque la gente deja de ir por sus malos manejos y porque sólo explotan sin volver a invertir, ni a limpiar siquiera. Una pena.
Como dijo Polo Polo: "ya valió..." Al ver esas aguas cerdas, ese lodazal alrededor, la marranencia de los baños y las fondas ejidatarias, dimos marcha atrás y buscamos un lindo paraje donde hicimos pic-nic.
La ilusión de pescar de mi maridazo y de Panchito ya era eso, mera ilusión. Yo saqué mi estufeta porque el hambre me estaba haciendo alucinar, eran las doce ya, y me puse a hacer café, freir tocino, chilorio, huevos, a calentar mis tortillas de harina, a comer queso. Comenzaron a circular tortillas de patata, vino, refrescos surtidos, hot dogs, huevos cocidos..
Total nos reímos harto y tragamos más sentaditos en el campo y hasta nos hicimos amigos de unos perros entre ellos un cachorrito muy lindo. Cuando nos hartamos nos regresamos a la ciudad vía Tepeji del Río.
Una caca en cuanto a pesca y desmañanada, pero como todo entra en la diversión cuando anda una de paseo pos ya estaba de Dios.
Moraleja de la quincena: No crean lo que lean en las revistas. Y menos en esa México Desconocido, es un timo.
Consejo gratis: A tu amigo pélale el higo y a tu enemigo el durazno.
Mantra católico (previa donación o limosna por favor): "Aléjate enemigo, Jesús está conmigo". Sirve hasta para vampiros fronterizos.